Esta es una técnica que se emplea mucho para dar terminación a algunos trabajos sobre madera o escayola, fundamentalmente. Quizá donde lo vemos con más frecuencia es en marcos de cuadros. Sobre un color base, se destaca el dorado, que a su vez puede estar envejecido, con una pátina que damos con ese fin.
En sí la técnica no ofrece dificultades, pero como el material que trabajamos es muy frágil, es necesario hacerlo con calma y delicadeza. Necesitamos pintura para el color base (rojo borgoña, azul, verde o negro), adhesivo cola de conejo (esta se consigue en tiendas de manualidades) y láminas de pan de oro. Estas láminas vienen en muy finas planchas, de unos 20 cm de lado, separadas con un papel especial.
Una vez que está bien seco el color base, pincelamos con pegamento. Esperamos a que esté “pegajoso” al tacto, y recién ahí podemos empezar a pegar las láminas. Hay que hacerlo con cuidado porque son muy frágiles, y sin superponerlas. Retiraremos el exceso de material con un pincel y lo dejaremos secar. Para dar un aspecto envejecido, que queda muy bien, podemos hacerlo con betún de Judea. Este lo tenemos que aplicar con mucha delicadeza, y retirarlo con un trapo de algodón.
Este trabajo requiere de práctica y paciencia por las características del material, pero no es complicado. Practiquen sobre una superficie de prueba y después ya están listos para dorar.
Para cualquier duda: lineasmagicasjerez@gmail.com
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